La guanábana es rica en agua, carbohidratos, vitamina C, fósforo, calcio y fibra, por esto último es recomendable para tratar los constipados, cálculos intestinales y reducir el ácido úrico. Además es astringente, cuando está verde, y diurética porque contiene grandes cantidades de potasio y poco sodio. El consumo habitual favorece los procesos digestivos fortaleciendo la flora intestinal y hay estudios que dicen que su consumo frecuente previene enfermedades del colon. Cuando se toma como jugo, es más sabrosa. Para prepararlo, hay que separar las semillas de la pulpa.
Las semillas son muy tóxicas para parásitos y algunos insectos, el aceite de guanábana se usa para combatir a los piojos. La fruta madura es recomendada en tratamientos contra el reuma y la gota.
Colombia es un país con parajes espectaculares, tres cordilleras, páramos, selva amazónica, desiertos, ríos inmensos... un paraíso para los amantes de la naturaleza y para los que nos gusta caminar o montar en bicicleta. El problema es que no es fácil, ni seguro (en muchos casos), salir a disfrutar de esta tierra. Hay regiones a las que no se puede ir, porque el conflicto está muy activo; a otras, si vas lo tienes que hacer con grupos organizados y pedir permisos; y, otras, a las que se puede ir tranquilamente... A veces toca ir acompañados por la Policía, no porque haya guerrilleros, si no porque hay grupos que se dedican a robar a los excursionistas. Eso, por ejemplo, ocurre en los Cerros de Bogotá.
Pero, cada vez hay más grupos organizados que ofrecen rutas por diferentes zonas del país. Por ejemplo, Sal si puedes que es una "fundación ambientalista que organiza caminatas ecológicas", con la que solemos salir los fines de semana. Llevan más de 30 años caminando por el país, es la más importante de Colombia y están muy bien organizados. Tienen un calendario de rutas previstas para todos los fines de semana. Es necesario inscribirse y pagar una cuota que cubre el desplazamiento en autobús, el seguro y los guías que conocen el territorio. En todas las excursiones van, mínimo, dos personas de la organización, una va abriendo el camino y dejando hitos (lazos de colores) en los cruces y, la otra, va al final del grupo, recogiendo los lazos. Por lo general, los grupos van siempre muy unidos, sin que se produzcan grandes distancias entre el primero y el último.
El respeto a la naturaleza está presente en todas las marchas, además de pequeñas explicaciones sobre los sitios que se visitan. Todas las rutas son preparadas previamente por los organizadores, ellos contactan con los ayuntamientos de las localidades por las que transcurrirá la excursión para saber de primera mano cómo está la situación en términos de seguridad y también por si tienen que hablar con los dueños de propiedades agrícolas o ganaderas que haya que atravesar. Éstos no dan siempre el permiso. Pero además, avisan de la llegada de un autobús de caminantes, para que no se sorprenda nadie en la localidad y también para garantizar la protección, en ocasiones, el propio ayuntamiento pone a disposición a uno o varios campesinos que acompañan en la guía al grupo. La gente de estos pequeños pueblos, puntos de partida y de llegada, son muy acogedores y siempre te cuentan historias de sus montes, los cultivos que tienen, etc.
Las rutas empiezan muy pronto, porque las carreteras del país no suelen estar muy bien, una excursión cuyo punto de partida esté a 40 km de Bogotá, supone 1h15 de desplazamiento (más o menos). Eso sí, antes de empezar, hay parada técnica para desayunar en algún "desayunadero" de la carretera. Una vez en el punto de partida, toca hacer unos ejercicios de calentamiento, cantar el himno y escuchar las indicaciones de cómo será la ruta.
La dificultad de la marcha viene dada según la escala musical, do es la más sencilla; si la más difícil. También hacen marchas "especiales" algunos puentes y el próximo mes han organizado una ruta de hace el Camino de Santiago. Es curioso, pero siempre que hemos ido, nos encontramos con otros extranjeros en el grupo.
Más de 700 personas presenciaron la charla de Sebastián Ál |
La semana pasada, se celebró en Bogotá, la Semana de la Montaña, que organiza el Colegio Champagnat. Allí tuvimos la oportunidad de conocer al grupo de excursionistas que tiene el colegio marista, promovido por el gran ecologista Andrés Hurtado. En el colegio hay mucha afición a la montaña, de hecho, todos los chavales tienen que realizar 3 salidas a lo largo del año y hay un grupo de monitores muy preparado que lleva más de 16 años saliendo por el país. Pronto saldremos a alguna ruta con ellos.
El "invitado especial" de esta edición, ha sido el gran Sebastián Álvaro, que con su charla "Una vida al filo" nos condujo por paisajes espectaculares de los 6 continentes, en un vídeo muy bien montado, (el amigo-montador es un crak).
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